El pH es uno de los parámetros más importantes para mantener el equilibrio del agua de tu piscina. Mantenerlo en óptimas condiciones te permitirá disfrutar de un  agua cristalina con un menor mantenimiento y además alargarás la vida de la piscina. El pH es la medida del grado de acidez y alcalinidad del agua.

Para medir el pH del agua se utiliza una escala del 0 al 14, en la que 7.0 es considerada como la medida neutra. Cuando el pH cae por debajo de 7,0 el agua se vuelve ácida, y por encima de 8,0 es alcalina.

Hay muchos problemas que se derivan de tener un pH bajo.

Un pH bajo o  inadecuado en el agua de nuestra piscina puede dar lugar a la formación de algas. Además de la pérdida de efectividad entratamientos de desinfección.

Elementos como el cloro, corrosión y desgaste de elementos de la piscina como escaleras, tuberías, bombas de filtración, filtros  y que a las personas que hagan uso de la piscina se les reseque la piel.

Un pH alto puede causar la acumulación de calcio en la superficie de la piscina, dado un aspecto turbio del agua, irritación y picor en los ojos, nariz, oídos y garganta de los bañistas, y la disminución en el potencial de desinfección de cloro que provocará en el crecimiento de algas.

No debemos nunca olvidar que estamos tratando con productos químicos, por lo que es extremadamente importante tomar las medidas de seguridad recomendadas por los fabricantes tanto para su manipulación como para su dosificación. Visita nuestra página web.