Los cloradores salinos y sus inicios

Historia de los cloradores salinos o electrólisis en España

Desde hace 25 años han aparecido varios sistemas alternativos a los cloradores salinos o la electrólisis, como ionizadores, bromo, oxigeno activo, etc. Han tratado de ofrecer una alternativa diferente, un agua más sana. Pero estos sistemas, en su tiempo “poco evolucionados”, seguían necesitando pequeñas dosis de cloro químico para realizar la oxidación de bacterias eliminadas por el sistema.

En 1985 aparecen los primeros sistemas de electrólisis ó cloradores salinos en España, sin auto limpieza en sus células.

La electrólisis ó cloradores salinos, ofrecen la posibilidad de utilizar de forma razonable dos elementos medioambientales como el agua y la sal. Realizando el reciclaje de ambos para volver a utilizarlos de nuevo en el agua, y a través de la descomposición de la misma a través de la electrólisis para la desinfección del agua en el vaso de la piscina, los átomos de ésta vuelven a recombinarse, reconvirtiéndose nuevamente en sal y así sucesivamente.

Principio de la electrólisis

La electrolisis salina, utiliza la sal (3g/litro) disuelta en el agua de la piscina.

Se hace pasar este agua ligeramente salada por una placa de titanio que, previamente, hemos intercalado en las tuberías de retorno del sistema de depuración de la piscina.

Estas placas de titanio poseen aleaciones de platino, plata, iridio y otros metales que ofrecen una mejor conductividad.

A través de ellas enviamos una energía limpia y económica (electricidad) en forma de voltios para provocar la desintegración de la sal en todos sus átomos que, posteriormente, utilizamos para la desinfección del agua de la piscina, como elementos naturales y en estado puro.

Una vez desempeñada la acción de desinfección, y de forma natural, estos elementos de la sal vuelven a reunirse en el vaso de la piscina para convertirse nuevamente en sal e inicial nuevamente el proceso como un circuito cerrado, siendo la pérdida de sal totalmente insignificante.

Para saber más sobre los cloradores salinos visita nuestra página web.

Los cloradores salinos y sus inicios

Historia de los cloradores salinos o electrólisis en España

Desde hace 25 años han aparecido varios sistemas alternativos a los cloradores salinos o la electrólisis, como ionizadores, bromo, oxigeno activo, etc. Han tratado de ofrecer una alternativa diferente, un agua más sana. Pero estos sistemas, en su tiempo “poco evolucionados”, seguían necesitando pequeñas dosis de cloro químico para realizar la oxidación de bacterias eliminadas por el sistema.

En 1985 aparecen los primeros sistemas de electrólisis ó cloradores salinos en España, sin auto limpieza en sus células.

La electrólisis ó cloradores salinos, ofrecen la posibilidad de utilizar de forma razonable dos elementos medioambientales como el agua y la sal. Realizando el reciclaje de ambos para volver a utilizarlos de nuevo en el agua, y a través de la descomposición de la misma a través de la electrólisis para la desinfección del agua en el vaso de la piscina, los átomos de ésta vuelven a recombinarse, reconvirtiéndose nuevamente en sal y así sucesivamente.

Principio de la electrólisis

La electrolisis salina, utiliza la sal (3g/litro) disuelta en el agua de la piscina.

Se hace pasar este agua ligeramente salada por una placa de titanio que, previamente, hemos intercalado en las tuberías de retorno del sistema de depuración de la piscina.

Estas placas de titanio poseen aleaciones de platino, plata, iridio y otros metales que ofrecen una mejor conductividad.

A través de ellas enviamos una energía limpia y económica (electricidad) en forma de voltios para provocar la desintegración de la sal en todos sus átomos que, posteriormente, utilizamos para la desinfección del agua de la piscina, como elementos naturales y en estado puro.

Una vez desempeñada la acción de desinfección, y de forma natural, estos elementos de la sal vuelven a reunirse en el vaso de la piscina para convertirse nuevamente en sal e inicial nuevamente el proceso como un circuito cerrado, siendo la pérdida de sal totalmente insignificante.

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